Nicolás Filipic Massó

Ustedes creen posible que en Alemania suceda nuevamente una dictadura como la del III Reich?
Con esta pregunta se desata la trama de "La Ola" la nueva joya del cine alemán, que es en realidad una historia verdadera que sucedió hacia fines de la década del 60 en Estados Unidos.
Un profesor de secundaria se propone demostrarles a sus alumnos lo fácil que es manipular a las masas a través de las formas violentas de la disciplina fascista.
En este caso la apuesta se redobla cuando Dennis Gansel, se anima a contar esta historia desde la cultura alemana.
Ante la pregunta que mencionamos al comienzo, los adolescentes creen imposible la nueva aparición de una dictadura y las respuestas que dan generan, quizá, la mejor escena del filme que pondría envidioso hasta el mismísimo Laurent Cantet que intentó algo parecido con su último filme y le salió bastante forzado.
Aquí el profesor es un rockero, anarquista y que se ve en la obligación de trabajar con sus alumnos el tema de la autarquía, que no es otra cosa que un gobierno dictatorial.
Así dentro del ámbito del aula, el profesor se auto-postula como líder y los alumnos armar este ejéricto al que llaman "Die Welle" (la ola) y hasta se inventan un saludo, uniformizan la vestimenta, crean un logo y las infaltables páginas en My Space, blogs y websites.
Todo va bien mientras queda dentro de la sala de clase, el problema es cuando los chicos contínuan el experimento en su vida cotidiana.
Allí el profesor deberá lidiar con una experiencia que parece irse de sus manos y llegar a niveles trágicos, a pesar de que él percibe que sus alumnos están muy entusiasmados con la idea.
Desde "Kids" del maravilloso Larry Clark, pasando por las películas de adolescentes de Van Sant, no se veía un filme así en donde la adolescencia tuviera tanta presencia y tan buenos representantes en la actuación.
Un filme interesante, quizá un poco forzado en varios ejes del guión, pero que logra el cometido de plantear el tema de la autoridad y la libertad.
Las nuevas generaciones se están atreviendo a hablar sin temores sobre el pasado nazi-alemán y eso es tan grandioso como necesario.